A pesar de sus beneficios, es importante tener en cuenta algunas precauciones. El azúcar debe usarse con cuidado para evitar la introducción de impurezas en la herida. Además, no todas las heridas son adecuadas para el tratamiento con azúcar; es esencial consultar a un profesional de la salud antes de aplicar este remedio.
El azúcar (sacarosa) puede ayudar a cicatrizar heridas al absorber agua, deshidratar bacterias e inhibir infecciones, promoviendo un ambiente limpio y acelerando la formación de tejido nuevo, siendo una opción económica y accesible para heridas superficiales y crónicas, aunque siempre bajo supervisión médica y diferente al consumo de azúcar que puede ser perjudicial. Se aplica directamente sobre la herida limpia, cubriéndola con una venda y cambiándolo cada 6-8 horas.
Beneficios del azúcar para heridas
- Acción antibacteriana: Su alta osmolaridad extrae agua de las bacterias, impidiendo su proliferación.
- Reduce mal olor: Al controlar las bacterias, disminuye el olor de la herida.
- Promueve la curación: Favorece la formación de tejido de granulación y epitelización, mejorando la calidad de la cicatrización.
- Fácil y económico: Es un recurso natural y accesible, útil en entornos con recursos limitados.
Cómo aplicarlo
- Limpia la herida: Lava la zona con agua.
- Aplica azúcar: Espolvorea azúcar granulada directamente sobre la superficie limpia de la herida.
- Cubre: Coloca un apósito o vendaje encima.
- Cambia con frecuencia: Reemplaza el apósito y el azúcar cada 6-8 horas.
Consideraciones importantes
- No para todos: No todas las heridas son aptas, y debe usarse bajo recomendación profesional.
- Consumo vs. aplicación: El consumo excesivo de azúcar perjudica la cicatrización, mientras que su aplicación tópica la favorece.
- Precaución en grandes heridas: Puede haber pérdida de líquidos y electrolitos, requiriendo supervisión.
La capacidad del azúcar para ayudar en la curación de heridas es una prueba de cómo elementos comunes pueden tener aplicaciones extraordinarias en el ámbito de la salud.
Su acción antibacteriana y su capacidad para estimular la cicatrización lo convierten en una herramienta valiosa en la medicina moderna. Mientras seguimos explorando los secretos de la naturaleza, el azúcar se posiciona como un aliado inesperado en el cuidado de nuestras heridas, recordándonos que a veces, lo simple puede ser realmente efectivo.
___________________________________
No te vayas sin leer: Tengo hipertensión, es Navidad y Año Nuevo ¿Qué hacer?
Prensa LOV/Carmen Cecilia Guerra



