El cierre del gobierno de Estados Unidos podría tener un alto costo económico y social

El cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos, que este jueves 2 de octubre cumplió su segundo día en marcha, ha comenzado a mostrar sus primeras consecuencias económicas y sociales. La paralización se produce en medio de una profunda disputa política en Washington, lo que podría agravar los efectos en la economía más grande del mundo.

Más de 750.000 empleados federales fueron enviados a sus casas sin goce de sueldo, mientras que decenas de miles de trabajadores esenciales, entre ellos agentes de seguridad aeroportuaria y controladores aéreos, continúan en sus puestos sin recibir su salario. En paralelo, agencias de calificación como Standard & Poor’s advierten que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense podría reducirse hasta un 0,2% por semana si el impasse presupuestario no se resuelve pronto.

El cierre fue gatillado luego de que el Senado no lograra aprobar un proyecto de financiamiento temporal. El presidente Donald Trump ha utilizado la medida como un arma de presión contra los demócratas.

Trump aseguró en su plataforma Truth Social que se reunirá con su jefe de presupuesto, Russell Vought, para decidir qué agencias federales recortar, calificando a muchas de ellas como “una estafa política”. Los recortes podrían ser temporales o permanentes, y forman parte de una estrategia para “aumentar el sufrimiento de los demócratas” durante el cierre.

Mientras tanto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, advirtió que los despidos masivos son “inminentes” y podrían ascender a miles de puestos de trabajo.

Efectos inmediatos en la economía del transporte aéreo

Los impactos del cierre se sienten en varios frentes. Según Standard & Poor’s Global Ratings, la parálisis podría costar entre 0,1 % y 0,2 % del PIB semanalmente. Los efectos se explican por la reducción del gasto de los trabajadores en licencia, la suspensión de servicios gubernamentales y el retraso en la publicación de datos económicos, lo que complica la labor de la Reserva Federal en un momento clave para el control de la inflación.

El sector de viajes y transporte es uno de los más expuestos. Casi 60.000 agentes de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) y más de 13.000 controladores aéreos trabajan sin recibir pago.

Aunque hasta ahora los aeropuertos han mantenido cierta normalidad, la experiencia de cierres anteriores, como el de 2018-2019, que se prolongó por 35 días, indica que la situación podría agravarse. En aquel entonces, crecieron las ausencias de empleados y se produjeron cierres de controles de seguridad que derivaron en largas filas y retrasos.

La Asociación de Viajes de Estados Unidos estima que el costo para la economía podría ascender a mil millones de dólares por semana si la crisis se prolonga, en un país que ya enfrenta una seria escasez de controladores aéreos.

Más allá del transporte, la economía estadounidense podría enfrentar un efecto dominó. Los trabajadores en licencia sin sueldo tienden a reducir su consumo, lo que impacta en sectores como el comercio minorista, la hostelería y los servicios. A su vez, los retrasos en el procesamiento de permisos y contratos federales afectarían a empresas privadas que dependen de contratos públicos, generando una cadena de incertidumbre.

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No te vayas sin leer: ¿Cómo afecta el cierre del Gobierno en EEUU al funcionamiento de las cortes de inmigración?

Prensa LOV/Carmen Cecilia Guerra

France 24

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